Ariel Wolfenson Rivas es abogado y Socio Director de Wolfenson Abogados.
El registro indebido de marcas comerciales internacionales genera dificultades relevantes en materia de comercio internacional. Al momento de entrar las mercaderías al país pueden suscitar problemas cuando es un tercero quien, amparándose en un poder caducado o derechamente en un registro ilícito de la marca en INAPI, intenta retener dichas mercaderías ante la institución aduanera impidiendo el ingreso de aquellas a Chile.
Lo anterior, es un fenómeno de extrema gravedad que necesariamente obliga a la empresa extranjera a contar con representantes legales y abogados en Chile para someter a conocimiento de los Tribunales de Justicia e instancias Administrativas (tanto civiles, penales como especiales) mediante un nuevo poder otorgado por el representante vigente de la empresa en el país de origen de la marca.
Sin embargo, en el intertanto se producen consecuencias indeseadas que detienen generalmente la importación a nuestro país, y que se llevan de la mano con negociaciones extrajudiciales que suponen actos de extorsión mediante la exigencia al dueño extranjero de pagar cuantiosas sumas de dinero por la transferencia de su propia marca en territorio chileno, en favor de quienes de mala fe la inscribieron o ya no detentan en los hechos la autorización que pretéritamente se había otorgado.
En la legislación actual si bien se comprenden algunos delitos en materia de uso indebido de marcas, no se consagra expresamente la hipótesis planteada en la especie. En efecto, la Ley 19.039 de Propiedad Industrial en su artículo 28 determina diversas conductas típicas que pueden derivar a significativas multas y eventualmente a penas de presidio. Sin embargo, todavía no queda del todo claro las consecuencias penales asociadas al registro abusivo de marcas comerciales internacionales con fines distintos a su explotación natural. Sin lugar a dudas, uno de los desafíos en materia de propiedad industrial para los años venideros.
