Por qué la tobillera electrónica no figura como la alternativa primordial frente al colapso carcelario

Ago 31, 2025 | Actualidad

Con más de 23 penales sobrepasando el 200% de su capacidad y recintos como Taltal, Copiapó, Tocopilla, Parral y Valparaíso que ya superan el 300% de ocupación, expertos advierten un colapso histórico del sistema penitenciario. Mientras el hacinamiento favorece la violencia y el crimen organizado dentro de las cárceles, el monitoreo telemático aparece como una alternativa eficaz y mucho más económica, pero aún subutilizada por los tribunales.

Por Equipo En Estrado

El sistema penitenciario chileno enfrenta un escenario de sobrepoblación sin precedentes. De acuerdo con datos de Gendarmería al 31 de julio, 23 penales del país mantenían más de un 200% de sobreuso de capacidad. Entre ellos, las cárceles de Taltal (371,9%), Copiapó (347,1%), Tocopilla (303,3%), Parral (310,4%) y Valparaíso superan el 300% de ocupación, lo que refleja un colapso histórico.

En este contexto, el monitoreo telemático —más conocido como tobillera electrónica— aparece como una alternativa viable para descongestionar las cárceles y proteger a las víctimas de violencia intrafamiliar. Sin embargo, su uso sigue siendo escaso.

“El hacinamiento que hoy enfrentamos representa un colapso histórico. Las celdas están absolutamente abarrotadas en algunas cárceles”, advirtió Mario Benítez, presidente de la Asociación Nacional de Oficiales Penitenciarios (ANOP), quien además alertó sobre el aumento de bandas de crimen organizado al interior de los recintos.

El abogado penalista del estudio MBCIA, con sede principal en Valparaíso, Juan Carlos Manríquez Rosales, coincide en que el problema exige medidas urgentes: “La tobillera electrónica contribuye a disminuir el hacinamiento y el llamado ‘contagio criminológico’. Más aún cuando Gendarmería dispone de un presupuesto de 55 mil millones de pesos para modernizar este sistema”.

Presión sobre el sistema y costos

La Defensoría Penal Pública ha advertido sobre el aumento de la prisión preventiva, aplicada en 2024 en el 9% de las causas. Esto significó que 25 mil imputados ingresaran a las cárceles, de los cuales más de 1.800 fueron posteriormente absueltos o sobreseídos.

“Ese universo pudo haber optado por el monitoreo telemático, especialmente en casos sin riesgo grave para la sociedad. Haberlo hecho habría evitado sobrecargar aún más un sistema penitenciario al límite”, sostiene Manríquez.

Además, el costo diario de un dispositivo es de apenas $3.949 por persona, un 90% menos que una plaza en la cárcel. “Ignorar esta herramienta es tan caro como injustificable”, recalca el penalista.

Perspectiva de género y reinserción

Especialistas coinciden en que el uso estratégico de la tobillera no solo reduciría el gasto público, sino que también abriría espacios para la reinserción laboral y la resocialización. “Es necesario incorporar una perspectiva de género, especialmente para mujeres con hijos lactantes. Los recursos ya están comprometidos; falta la voluntad de usarlos con visión estratégica”, enfatiza Manríquez.

Mientras tanto, la crisis se agrava. En menos de 40 días, se han registrado fugas y liberaciones irregulares en cárceles de Santiago, Copiapó, La Serena, Valparaíso y Temuco. Y según dirigentes gremiales, la llegada de internos extranjeros a módulos de alta seguridad es una medida de urgencia para intentar “despoblar” recintos que ya no dan abasto.

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