Waldo Ortega Jarpa. Abogado, Doctor en Derecho, Magister en Derecho Penal, Profesor de Derecho Penal, Procedimiento Penal y Litigación Oral.
Cuando ejerces defensa penal a menudo estás del lado políticamente incorrecto y la opinión pública es adversa. Los medios se harán un festín con la noticia de que tu cliente hizo tal o cual cosa, ya sabemos como vende el delito en nuestro país y en general en todas partes del mundo.
Tu cliente imputado, está del lado malo de la historia, aunque sea inocente.
Humanizarlo significa reconocerlo como persona, no como un artefacto de exhibición ni una curiosidad de la maldad humana. Veamos algunas formas que lo presentarán como lo que es, una persona a quien se debe juzgar de acuerdo al debido proceso:
Llámalo siempre por su nombre, nunca digas “mi representado”, ni “mi cliente”, esas son categorías, meros sustantivos que lo despersonalizan. Es uno más de las estadísticas entre varios otros que comparecen ante el tribunal, en la interminable lista de audiencias.
- Procura que tenga un trato adecuado con el tribunal, que salude al juez, que diga su nombre e intervenga cuando le den la palabra, que te permita desarrollar tu trabajo y no te interrumpa si no es estrictamente necesario, nada más perturbador que el juez llamando la atención al imputado.
- Trata de bajar sus niveles de ansiedad, explicándole, si es la primera audiencia, que hay un camino a veces largo por recorrer, dale la tranquilidad de que harás tu trabajo, de tal forma que cuando ingrese a la sala, vaya tranquilo y ponga la necesaria atención que demanda la ocasión.
- Debes aprender a desarrollar la escasa pero necesaria habilidad de transmitirle la tranquilidadpara que por ningún motivo pierda el control. Especialmente cuando sea muy posible que le apliquen la prisión preventiva, plantéale la posibilidad con lenguaje claro, dile siempre la verdad.
- Si vas a hablar con la prensa, porque el caso es mediático, refiérete a cuestiones generales, no reveles tu teoría del caso ante micrófonos que claramente van a estar más preocupados del espectáculo y el escándalo que de cuestiones técnicas. Y nuevamente es la oportunidad de llamar a tu “representado” por su nombre.
Pequeños grandes detalles, hacen una gran diferencia en materia penal. El lenguaje crea realidades y nosotros defendemos personas que han nacido libres e iguales en dignidad y derechos. Y nuestros actos deben ser coherentes con aquellos grandes principios del Derecho penal liberal y el Estado de Derecho.
