La Justicia, la seguridad y la imagen de Chile, tienen rostro de mujer. Por Ernesto Vásquez.

Ene 25, 2022 | Opinión

Ernesto Vásquez, abogado; Licenciado, Magíster y Académico Universidad de Chile. Máster y Doctorando, Universidad de Alcalá

Mi mayor referente femenino es mi madre, una mujer de noventa y cuatro primaveras que ha sido, una madre maravillosa, una ciudadana ejemplar e hija ilustre de Estación Central. Hasta hoy conserva la belleza que hechizó a mi padre y que la hizo, en los hechos, ser el timón de la familia, aquella que apoya a todos, la que sabe dialogar sin herir, la que respeta el pensamiento ajeno, que es cariñosa, aquella que incentivó a mi prole a seguir el camino del estudio, pese a que para ella fue prohibitivo.

También observo a la gran profesional que es mi compañera de ruta (que prefiere anonimato social que obvio, respeto absolutamente) -sencilla, empoderada, femenina e inteligente- con un perfil de servicio público único, un referente en la defensoría penal como profesional de excelencia, una servidora pública feliz y agradecida de la vida, de una Escuela de número de la perla del norte e hija de la Universidad de Antofagasta, una letrada y litigante penal de cualidades únicas, que hace su trabajo con amor y esmero, sin esperar otra recompensa que el trabajo bien efectuado. La vida me regaló además dos hermosas princesas, empoderadas que otrora juraban amor eterno a su progenitor y hoy proyectan sus propias vidas con las directrices que en libertad han elegido. En ese marco, recuerdo que en los quince años que estuve en la fiscalía, siempre trabajé en equipo con colegas y subalternas.

En fin, mis áreas de interés laboral fueron los delitos contra la vida, la propiedad y los delitos donde participaban adolescentes infractores del Ley, curso que fui el primero en dictar en la universidad durante varios años y tema que hasta hoy me preocupa; pues dediqué parte de mis actividades a desarrollar una mejora en el sistema de Responsabilidad Penal Adolescente, enfocado en la labor policial desde la crítica constructiva, al punto de haber presentado en varias esferas tanto policial, como de la política y la fiscalía, proyectos que nadie logró abrazar como propios, mi diagnóstico fue tempranamente realizado, ya en 2005, sugerí mejorar el insumo probatorio a través de cualificar la labor policial, una jefatura no tuvo interés en dichos proyectos, quizás, no supo proyectar los asertos que allí se daban. En síntesis, trataban (hablo de hace 6 años atrás) de Violencia rural, comunidad y rol policial, inmigración y delitos complejos en las urbes. Ese proyecto fue archivado, luego conversé con muchos oficiales y hasta con un ministro del Interior. Cabe dar cuenta, que ninguno de estos proyectos implicaba lucro, es decir, eran un regalo para mi país. He desarrollado en esa misma línea, durante más de una década talleres para carabineros y policías, pues pienso que la crítica sin acción es una querella fenecida.

En esa ruta, he conocido mujeres funcionarias comprometidas con su labor, en particular recuerdo una visita a la comisaría de asuntos de la familia, donde sus integrantes, muchas veces hacían los roles de verdaderas madres sustitutas, respecto de menores abandonadas a su suerte.

En fin, la vida me ha enseñado, desde otras perspectivas, a observar el mundo empatizando con las demandas del ámbito femenino con un especial respeto, así como la situación de quienes han tenido una orientación sexual diferente; es que haber investigado el caso Zamudio, obvio, cambió muchas cosas en mi profesión y perspectiva de vida. Sin dejar de ser heterosexual, es también posible interactuar con gente de los movimientos que buscan luchar por sus derechos. Jamás observé hacia mi o respecto de otro, una actitud de intolerancia de los integrantes del Movilh, que nos acompañaron durante un par de años en la causa terrible que nos tocó investigar.

Es que todos hemos cambiado, por ello, criticar desde un pedestal moral, con un retrovisor ex post, cuando otrora muchos se mofaban de homosexuales, personas con discapacidad y los usaban para sus rutinas de humor y otros utilizaban a la mujer como un simple objeto de exposición para hombres que, estructurados como tal, mirábamos todo lo que la televisión -incluidos algunos programas deportivos- nos entregaban, obvio, a la mujer como un objeto de observación y no como un sujeto de admiración. Recuerdo cuando el presidente electo Gabriel Boric, refirió que muchos hemos cambiado las actitudes hacia lo femenino, porque el mundo ha cambiado, qué duda cabe, ello se acentúa cuando tus referentes y los amores de tu vida- son mujeres.

En tal estado de ideas, observar un gabinete con mayoría femenina, nos da cierta alegría, si nos quedamos en algunas áreas, la sorpresa es muy positiva: En Justicia -que desde Roma posee nombre de mujer: Iustitia, estará la Dra. Marcela Ríos, una socióloga que podrá darnos algunas miradas diversas al sector. Siempre he declamado por la interacción de otras disciplinas en esta área, seguramente ella, nos podrá escuchar a quienes hemos dicho con todas sus letras, que la Reforma penal Juvenil ha sido un fracaso, porque han imperado más los números que los principios, el espacio de esta columna me impide ahondar en ello, para que decir el drama de las cárceles y la reinserción social. Allí hay todo un desafío, siguiendo a Marie Curie, “Usted no puede esperar construir un mundo mejor sin mejorar a las personas. Cada uno de nosotros debe trabajar para su propia mejora”.

En materia de Interior, la Dra. Iskia Siches, promete escuchar y preocuparse de la seguridad de las personas entre otros temas, parto de la buena fe y espero que, parafraseando a Sor Teresa de Calcuta, logre el éxito porque “La paz comienza con una sonrisa”, de no haber espacio, entonces ha de aplicarse todo el rigor del Estado de derecho, respecto de quienes usan la violencia como medio. Algunos pretenden imponer su autoridad a través del horror y la muerte, ya Plutarco lo declamaba: “Una autoridad que se funda en el terror, en la violencia, en la opresión, es al mismo tiempo una vergüenza”. Hay que declamar la paz, como lo hacía Gandhi, “Un cobarde es incapaz de mostrar amor; hacerlo está reservado para los valientes”. “Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”, declamó. Como otrora, ofertaré remitirle el proyecto que alguna vez ilustré a una autoridad sobre la mejora en la labor policial, me faltan párrafos para referirme al desafío de lograr la paz y la armonía social, esperemos que su mixtura entre afecto, autoridad y rigurosidad, den frutos por el bien de Chile.

En política exterior, qué decir de Antonia Urrejola -solo una pincelada- muchos la conocen por su brillante labor en materia internacional por la defensa sin eslogan de los derechos humanos, mas, yo la recuerdo en los patios de nuestra facultad a fines de los ochenta, cuando empoderada como muchas, tenía ya las cosas claras y su compromiso con la lucha por la democracia era su ruta de vida, tendremos-no me cabe duda- una gran ministra. Finalmente, el presidente electo tuvo dos aciertos -me atrevo a decirlo, para no agotar con el tema- que cabe acentuar, el ingreso al gabinete de un gran profesional como el destacado ya ex presidente del Banco Central don Mario Marcel, sobran las palabras para esta buena jugada política, me remito a lo dicho por otro profesor: ”En mis clases lo usaré como ejemplo de lo que es ser un servidor público”.

Finalmente, el lugar escogido, el Museo de Historia Natural de la Quinta Normal, un ícono sector  que quizás muchos ni sabían en donde estaba; era el sino de mis tardes felices, me demoraba desde Cerro Navia, varios minutos en llegar -salvo que alguien nos llevara- y junto a otros adolescentes, buscábamos un sitio en sus prados para jugar, sin embargo mis lugares preferidos eran el museo (que siempre pensé debería ser la casa de Gobierno por lo imponente) y el invernadero que -según se ilustraba- había sido regalado por la Reina Isabel. Solo queda desearle al presidente electo, que siga demostrando actos de madurez, humana y política, en ello, déjese guiar por grandes expresidentes y presidenta y por la directriz de nuestra nobel, la querida Gabriela Mistral, quien da declamó: “Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino” y no olvidar su amor por el país, cuando expresó: “Tener patria es un regalo al que tarde en tarde hay que corresponder.” Habrá muchas demandas y varios no saldrán a gritar, como los niños, los discapacitados y los ancianos: “La verdad no está de parte de quién grite más.” Decía Tagore.  Espero logre el próximo mandatario colocar más acento en quienes siempre han sido postergados y no en quienes traen consigo la consigna fácil, el ruido y la violencia. Parto por tenerle fe, recordando el gesto de noviembre donde muchos que hoy le han de acompañar lo dejaron literalmente solo y su gesto fue finalmente un acierto, Churchill decía: “El carácter se manifiesta en los grandes momentos, pero se construye en los pequeños”.

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