José Luis Craig Meneses. Defensor Regional del Maule. Magíster en Criminología y Justicia Penal. Magíster en Gestión y Políticas Públicas.
El último reporte estratégico regional de Seguridad Pública correspondiente al presente año, que presenta las cifras actualizadas de denuncias de delitos en la región del Maule hasta septiembre del 2022, contiene buenas y malas noticias.
Las malas, y que son coherentes con la realidad país, es que muy probablemente este año se anotará un crecimiento relativo del nivel de denuncias recibidas por el sistema penal en nuestra región de aproximadamente un 30%.
Lo extraño en este tema es que este número no se condice – o no muestra correlato – con el total de ingresos de la Defensoría, que muy probablemente volverá a ser más bajo que los ingresos totales del 2021.
Lo anterior es un fenómeno digno de estudiar, pero que por el momento no genera la mejor impresión sobre el desempeño del aparato investigativo del Estado de Chile, ya que, si bien hay más delitos o denuncias, hay menos ingresos de defensa de personas concretas y determinadas en el sistema penal.
Pero siguiendo con el análisis regional, si bien los datos totales de delitos son malos, al comparar al Maule con las tasas a nivel país con aquellos delitos que causan más problemas en términos de sensación de inseguridad, como son los denominados delitos de mayor connotación social, los resultados son más alentadores, ya que vemos que la tasa de estos delitos a nivel nacional es cercana a los 1.800 delitos por cada cien mil habitantes; en cambio, la tasa para nuestra región del Maule es de tan solo 1.467 delitos por cada cien mil maulinos, es decir, en la región se cometen un 18.5% menos delitos graves que en el resto del país.
Ahora bien, analizando por separado cada grupo de delitos, nos damos cuenta que existen delitos o grupos de ellos que en nuestra región se cometen más seguido o más frecuentemente que en el resto del país. Es decir, la tasa del Maule es más alta que la anotada a nivel nacional.
Ocurre el fenómeno señalado anteriormente en el delito de robo en lugar habitado, el robo en lugar no habitado, la violencia Intrafamiliar, el microtrafico y las infracciones a la ley de armas.
La buena noticia respecto a ello, es que la Subsecretaría de Prevención del Delito a través de la coordinación regional del Maule, ha establecido como prioridades para el trabajo en este período, precisamente estas áreas delictuales.
La mala noticia es que en este período el umbral en este tipo de delitos no ha mejorado, esto es, el desempeño histórico en el tiempo (últimos cinco años) se ha mantenido – en el mejor de los casos – sin cambio, anotándose en la mayoría de ellos un aumento moderado o significativo.
Lo anterior no hace más que comprometer a la Defensoría Penal Pública con todos los demás organismos del Estado y de la región a seguir trabajando en pos de una mayor y mejor seguridad para todos, respetando irrestrictamente los derechos y garantías de todos los intervinientes en el proceso penal.