Fútbol y Derecho en medio de la pandemia. Por Ernesto Vásquez.

Jul 5, 2020 | Uncategorized

Ernesto Vásquez Barriga. Licenciado y Magíster en Derecho, Universidad de Chile. Juez de Apelación Tribunal de Fútbol Profesional.

En estos días de cuarentena sanitaria, el derecho y el ámbito penal en particular, nos ha dado imágenes propias de una obra teatral de la vida misma, más precisamente una de las caras del teatro, la tragedia y en algunos casos, rasgos de la comedia, en medio del dolor que esta pandemia ha provocado a la sociedad. En estos días un grupo de jóvenes fueron sorprendidos burlando la norma penal y siendo detenidos y se ilustró que aquellos cometieron dicha infracción penal colocando en peligro la salud de la comunidad, motivados por el juego que apasiona multitudes: el Fútbol.

Los pormenores los dejamos a la prensa especializada en temas de tribunales, el marcador virtual del encuentro pertenece a la esfera de ese grupo humano que, por no ser un torneo oficial, carece de la relevancia estadística de los expertos en esta materia, lo que nos ha de quedar claro es que la abstinencia en muchas áreas de la sociedad en medio de las restricciones sanitarias, hacen que los sujetos no logren que el intelecto controle su instinto. Este fenómeno de paralización deportiva ha afectado a millares de personas desde aficionados como también a los profesionales de las diversas ramas que conforman las áreas del Comité olímpico, así como las más variadas expresiones populares autónomas. deporte que ha de manifestar situaciones que en definitiva pudieren morigerar los efectos de una sociedad que se enajena en otras conductas, desde la droga a la violencia y abandona los valores que el deporte puede entregar a la infancia y a la juventud, como directrices positivas de conducta; alejándolos de hábitos impropios y por cierto del cáncer social que provoca la droga y el tráfico ilícito de la misma.

Nuestra sociedad posee mala memoria, omite algunos avances sociales objetivos, a todas luces positivos, que el progreso del deporte se ha dado en las últimas décadas, incluso con triunfos en varias ramas e instancias otrora impensadas, como las Copas Américas obtenidas por la llamada generación dorada o el gran triunfo del tenis en la máxima escena mundial del deporte como son los juegos olímpicos. Qué duda cabe, algunos somos de la generación de las canchas de tierra y de los triunfos deportivos morales. Las nuevas generaciones si algo nos han de poder dar cuenta como más positivo, es la personalidad, el arrojo y el triunfo como meta; más que nuestra frase que la teníamos rotulada en la sien, aunque justa también autocomplaciente, a saber: “Lo importante es ganar no competir”. Es verdad que si repasamos nuestra historia hay ejemplos aislados de hombres y mujeres que fueron grandes más allá de nuestras fronteras. Qué duda cabe, la mujer más brillante de todos los tiempos, una dama en el íntegro sentido de la palabra, se fue hace pocos días, sin tener a cuestas el homenaje que merecía, doña Marlene Ahrens Ostertag, única chilena en obtener una medalla en los juegos olímpicos; sencilla como las grandes personas y de un culto por el respeto a los valores cuyo testimonio es aún un eco que resuena luego de su partida.

En la mirada retrospectiva del fútbol, si bien tenemos varios exponentes dentro y fuera de la cancha, Don Elías Figueroa, aparece como un número puesto en cualquier encuesta, Marcelo Ríos con un tenis de lujo y genialidad; Carlos Caszely con sus habilidades que le dieron el apodo del gerente en España y qué decir de Marcelo Salas Melinao, el peñi que triunfó en Argentina y Europa. En la actualidad, tenemos varios futbolistas y un ejemplo para las nuevas generaciones es el Capitán de nuestra selección Claudio Bravo, con nombre de pintor, ha dibujado un liderazgo dentro y fuera de la cancha; como él, cabe destacar, un amigo que conocí en las buenas y en las malas y que hoy triunfa en Argentina y es un número puesto en toda selección, el cual producto del chaqueteo -nuestro deporte nacional- hace de Marcelo Díaz, un exiliado injusto de la roja. Siendo esta mi columna, no puedo dejar de ilustrar los pasos de este precario futbolista que escribe estas líneas en las canchas de tierra de Cerro Navia y que el barrio apodó como Tincho Vásquez, al igual que el jugador azul que incluso estuvo en el Pumas mexicano en la década de los ochenta, club unido a la Universidad Autónoma de México, en cuyas aulas he tenido el honor de hacer clases y cuya ciudad universitaria tiene en un borde, el estadio del cuadro universitario y en donde además del Tincho Gálvez, también cobijó a Marcelo Díaz, razones que me unen aún más a estos ídolos de gran calidad humana.

El deporte y en particular el fútbol no solo han preocupado a este académico, sino también a un grupo de abogadas, abogados y deportistas, para provocar diversas instancias en nuestra alma mater la facultad de derecho de la Universidad de Chile,  eventos dentro y fuera del aula para darle un sitial en el ámbito deportivo y académico al deporte rey, tanto es así que fuimos gestores de la Copa Sir burgués que se disputa por más de tres décadas y estamos empeñados -por convicción- en tener alguna unidad dedicada al estudio permanente y al análisis del fútbol como una disciplina relevante en el mundo, seguido por millones de personas donde hay reglas e incluso situaciones negativas vinculadas al derecho penal que pudieren tener un campo de estudio y análisis relevante; bregaremos para recibir esa oportunidad como legítimamente la poseen materias de menos complejidad y nichos más pequeños y no por ello menos importante y sabemos que de las cosas menos importantes el fútbol es la más importante, tanto es así que la FIFA posee más asociados que Naciones Unidas. Es el momento para ser escuchados y recrear un espacio adecuado para avanzar en la creación formal de una instancia académica de este relevante deporte pasión de multitudes.

La justicia, el fútbol y el derecho tienen mucha vinculación. Así, existe un Juez entre los dos equipos que disputan el juego y las reglas están claras para verificar el encuentro, el reproche lo manifiesta el árbitro y su decisión en el terreno es inapelable; lo que no obsta a los recursos que de manera ulterior han de conocer los tribunales que en derecho deportivo existen al efecto. No hay rama deportiva que no posea reglas e instancias de justicia. Los elementos para perfeccionar la ejecución y verificación de las decisiones humanas, son cada vez más tecnologizados, cabe recordar que hace algunos años nos aventuramos en ser los pioneros en entregar unas ideas y posturas sobre la aplicación por parte del organismo rector mundial del Fútbol (FIFA) del nuevo instrumento llamado VAR (Video Assistant Referee) que no es otra cosa, que la tecnología aplicada al servicio de la labor arbitral y en definitiva, lo que se ha de buscar, es que siempre prime la justicia deportiva. 

Recordamos en ese instante que “ni la mano de dios” de Maradona ni el (no) gol de Inglaterra en los sesenta, hubieren sido consumados —si hubiera existido esa tecnología— evitando la gloria a quien injustamente engañó al juez con su accionar y la congoja perenne e injusta para el hincha que la padeció sin remedio. Por nuestra parte afirmamos en su momento que la existencia de este instrumento en manos de personal experto, criterioso e inteligente, con visión deportiva y aplicado solo a determinadas acciones relevantes, podría efectivamente ser un aporte sustancial al juego limpio y darle el halo de virtud que la picardía parece haberle quitado a este deporte. Planteamos entonces, una interrogante sobre la dinámica del encuentro, pues la tecnología mal aplicada podría frenar la agilidad y con ello, la magia propia y natural del fútbol. Nuestras aprehensiones han tenido dispar respuesta, por una parte, en los torneos internacionales de carácter mundial, la aplicación de este instrumento, ha implicado una mejor y mayor justicia deportiva, ello unido al carácter cultural de las sociedades del viejo continente, han naturalizado solo con ínfimas polémicas, la necesidad de tener siempre presente al VAR como un mecanismo relevante en la resolución de conflictos deportivos en el verde rectangular donde veintidós sujetos juegan con el hechizo del balón y el afecto de los hinchas por sus encuentros, sus casaquillas, historias y resultados. En el caso de los jóvenes detenidos el VAR nada puede hacer por ellos, ahí ha de aplicarse el derecho penal y por cierto, nuestra alma mater seguramente creará el espacio adecuado para que quienes por años estamos bregando por un espacio académico adecuado, podremos descansar sabiendo que la universidad pública y pluralista, puede dar respuestas, reflexión, investigación y academia en el fútbol moderno, lo que no es una quimera sino un imperativo académico y un sueño para varios de nosotros.

 

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