Exsacristán solicita indemnización de $200 millones: presentan demanda contra Arzobispado de Santiago y sacerdote condenado por caso de abuso registrado en la Iglesia San Francisco

Mar 3, 2021 | Actualidad

Créditos Imagen : Arzobispado de Santiago

Andrés López Vergara, En Estrado.

Una nueva acción judicial por abusos cometidos en la Iglesia enfrenta el Arzobispado de Santiago, la que se suma a la presentada en 2019 por la violación ocurrida en la Catedral.

Se trata de una demanda presentada por una mujer transgénero, que anteriormente era sacristán en la Iglesia San Francisco. Ella recurrió contra el sacerdote Manuel Zamorano Soto, quien fue condenado a dos años de presidio menor. Por esto, la víctima solicita ser indemnizada con $200 millones, apuntando a la responsabilidad del Arzobispado de Santiago de la falta de vigilancia del comportamiento de los religiosos.

“El actuar negligente de la Iglesia se manifestaría además por cuanto el Protocolo ante Denuncias contra Clérigos por Abusos de Menores, fue dictado por el Vaticano recién en 2003 e incorporado en Chile en 2014, llegando muy tarde a hacerse cargo de una situación respecto de la cual existían antecedentes de sobra desde hace décadas y ACÁ LISA Y LLANAMENTE NO OPERÓ. A sabiendas de que nuestro país albergaba a personas siniestras que NO se condicen con el espíritu de la Santa Iglesia Católica que promueve el amor y loa valores cristianos, debió ser mas cuidadosa con la conducta de sus dependientes. Al tiempo de ocurridos los hechos, ya se sabía de casos como ‘Karadima’ con las tristes consecuencias que esto produjo en sus víctimas”, indica la demanda.

Es por esto que la Corte de Apelaciones de Santiago deberá designar un ministro de fuero para tramitar esta acción judicial. Actualmente, los antecedentes están en el Pleno presentada por la abogada Paula Peña.

El relato de la víctima

“En fechas indeterminadas entre febrero de 2016 y marzo de 2017, en el interior de la Iglesia de San Francisco, ubicada en Avda. Libertador Bernardo O’Higgins N°834, comuna de Santiago, el Demandado Manuel Saúl Zamorano Soto, aprovechando mi incapacidad psíquica para oponerme, atendida mi vulnerabilidad psíquica, social y económica, realizó conductas de connotación y relevancia sexual en mi contra, siendo yo sacristán de la Iglesia, mayor de edad, tocando con sus manos mis glúteos y realizando conductas de carácter lascivo no consentidas como besarme en la mejilla y e intentar besarme en la boca mientras me apretaba efusivamente”, indica.

Agrega que “en ese entonces, realizaba las labores de Sacristán en la Parroquia, bajo el entonces mi nombre legal, F. Actualmente soy mujer y mi nombre es el señalado en la demanda. en aquella época, yo padecía una debilidad como la antes mencionada que no me permitió oponerme a los abusos sexuales reiterados del sacerdote que en algún momento me ofreció apoyo y cuidado, abusando de mi confianza y débil estado mental. Para mi no era posible concebir que hombre tan religioso pudiera estar haciendo todas estas cosas por su perversión sexual y para su deleite”.

La víctima indica que “desde entonces, mi vida quedó destruida, como ocurre con las víctimas de violencia sexual una vez que se devela esa conducta y es improbable que vulva a ser la misma persona. Es como estar rota, sin posibilidades de pegar mis piezas otra vez. Nunca más he podido disfrutar una relación sexual consentida ni he vuelto a confiar en las personas que intentan tocarme, abrazarme, aún cuando es consentido. Siento miedo y cada vez que cierro mis ojos, veo al demandado abusando sexualmente de mi”.

“Para entonces, los abusos cometidos por sacerdotes de la Iglesia Católica se encontraban en boca de todos, eran públicos y notorios, habiéndose develado también de la ausencia de canales de denuncia confiables en la Iglesia, dado especialmente el encubrimiento observado en el caso Karadima”, señala.

“Corresponde la responsabilidad del Arzobispado de manera directa por la falta de cuidado debido en la vigilancia de su dependiente. En subsidio, el Arzobispado debe responder de manera subsidiaria al demandado Manuel Saúl Zamorano Soto. En subsidio, ambos deberán responder de manera conjunta. Para el improbable evento que S.S. estimara que no cabe ninguna responsabilidad al Arzobispado de Santiago, en subsidio, se condene al demandado Manuel Saúl Zamorano Soto”, solicitan en la demanda.

“Es sabido que las víctimas de abuso sexual vemos truncada nuestra vida para siempre y eso influirá en todas nuestras etapas. La sexualidad es una parte integral de la personalidad de todo ser humano. Por mi parte, cuando intento llevar una vida sexual plena, solo puedo cerrar mis ojos y recordar los vejámenes sufridos decenas de veces, sin poder borrar esas imágenes de mi mente. Es un dolor que me acompañará toda la vida”, relata.

DEmanda final

 

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