Enfoque de género para asegurar justicia a niñas y mujeres. Por Ximena Silva

Nov 23, 2021 | Opinión

Por Ximena Silva C. Defensora jefa Zona Cordillera Maipo.

Octubre de 2021 no es distinto a octubre de 2011, ni a cada mes ni a cada año de violencia de género en contra de las mujeres en nuestro país y en el mundo. Eso pensaba anoche, cuando escuchaba en un programa de televisión la triste historia de Camilo Aliste, joven que, en defensa de su madre, mató a su padrastro, agresor reiterado de su progenitora. Porque la violencia de género no sólo afecta a las mujeres. Son víctimas también sus hijos, hijas y familias.

Luego observo con más esperanza -y por qué no decirlo-, con orgullo, que en el mismo programa es entrevistada Karina Sepúlveda, mujer a quien defendí en 2012. Nunca he perdido el contacto con ella, porque es una sobreviviente y desde que la vi en el control de detención, me impresionaron su temple y su coraje, pero también su sufrimiento por todas las violencias que le tocó vivir a manos de su agresor.

La escucho contando lo que le tocó sufrir y me parece que el tiempo no ha transcurrido. Han pasado 10 años desde que, con mi colega Nelson Cid, la vimos llegar frágil y golpeada, luego de matar a su pareja tras 18 años de torturas. No tuvo otra opción. Era ella o él. Y desde que la vimos supimos que era la verdadera víctima en esa lamentable historia. Estuvo privada de libertad por más de un año.

Su causa siempre fue un desafío. Entendimos que debíamos cambiar el paradigma y enfrentar la defensa con un enfoque de género. Es la única forma de asumir este tipo de causas, para disminuir la brecha que un derecho penal neutral nos impone. Porque nuestro derecho, claramente patriarcal, no reconoce la desigualdad, la asimetría que enfrentan las mujeres al momento de ser juzgadas por defenderse.

Entonces había que intentar innovar y vimos que la eximente de estado de necesidad exculpante, establecida en la denominada ‘Ley de Femicidio’, era una importante herramienta para casos como el de Karina que, sometidas a una violencia extrema, decidieron defenderse.

Entonces ejercimos una defensa activa, pidiendo peritajes que evidenciaran toda esa violencia y explicaran el comportamiento de Karina. Pericias con enfoque de género, realizadas por expertas conocedoras de esta realidad, que dieran la oportunidad de un real debido proceso para nuestra defendida. Y es así como enfrentamos 2 juicios orales, teñidos de estereotipos por el ente persecutor, pero en que finalmente ganó la justicia, absolviendo a Karina en ambas ocasiones.

Aun recuerdo con emoción los cantos de mujeres que, fuera del tribunal, entonaban “ni una mujer menos, ni una muerta más”, apoyando a Karina en ese difícil trance. También guardo uno de los muchos carteles en que se leía “Justicia para Karina”. Y es que representadas en ella estaban todas las mujeres que viven violencia a diario en Chile.

Luego de ver el programa, me pone feliz ver bien a Karina, con una vida junto a sus hijos. Una mujer con derecho a vivir. Y siento esperanza porque, a pesar de que esta historia se repite, creo que hoy la sociedad visualiza este drama que afecta a miles de niñas y mujeres, y existe mayor conciencia de la necesidad de erradicarlo.

Al menos desde la Defensoría Penal Pública hemos entendido la importancia de asumir una defensa con enfoque de género y sin estereotipos, y trabajamos en ello, sabiendo que sin defensa no hay justicia, pero que sin ese necesario enfoque tampoco la hay.

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