Deporte, sociedad, pandemia y derecho. Por Ernesto Vásquez

Mar 14, 2021 | Opinión

Por Ernesto Vásquez B. Abogado, licenciado, Magíster y Profesor Universidad de Chile. Máster y doctorando en la  Universidad de Alcalá.

En el desarrollo humano existen múltiples formas y rutas para encontrar la felicidad personal y la armonía colectiva, algunas a modo ejemplar, están en las áreas de la ciencia, el arte y el deporte. Hoy por hoy, la pandemia con su estela de muerte y restricciones varias nos ha mostrado, parafraseando a Albert Camus, las dos caras de la conducta social: “La grandeza humana y su miseria”, como dos aristas que dan cuenta de la potencialidad del individuo.

Por una parte, tenemos una primera línea del personal de la salud, que ha entregado lo mejor de sí hasta el extremo. Un constante accionar laboral de funcionarios, técnicos y profesionales, que, arriesgando sus vidas, han luchado afanosamente -en medio de un sistema de salud tensionado- para salvar la existencia de muchos. Por otro, tenemos millares de personas que en medio de esta crisis humanitaria inédita en nuestra existencia, no dudan en sacar provecho de tal desgracia, otros haciendo caso omiso a las autoridades y los expertos, insisten en crear condiciones negativas para -culposa o dolosamente- potenciar situaciones de riesgo a la salud de la comunidad y obvio, propagar este virus inédito para nuestras generaciones, con fiestas clandestinas y otras conductas tipificadas como faltas y delitos en nuestro ordenamiento jurídico. Sabemos que sólo la respuesta punitiva y sancionadora estatal, sea en sede penal o administrativa sanitaria y la persecución de la proliferación de delitos, fuere en lo normativo, creando nuevas leyes o endureciendo las penas existentes, han demostrado no ser el mejor camino ni el más idóneo para afrontar el flagelo que da cuenta la delincuencia.

Es dable afirmar, que una adecuada persecución penal, una cualificación en la labor policial y la mejora sustancial en el levantamiento de insumos probatorios, para la acusación, juzgamiento, sanción y luego la reinserción social del malhechor, podría ser un marco de acción dentro del estado democrático de derecho, para enfrente al fenómeno delictual; sin olvidar que la promesa del “cierre con candado de un hipotética puerta giratoria“, ofertando el término de la delincuencia de manera casi instantánea, es una promesa imposible de cumplir, una falacia jurídica y una acción demagógica en política; quien expone una solución total para la conducta antisocial, simplemente falta a la verdad; máxime si no se percibe que abordar el problema de la delincuencia, implica no sólo un uso racional del instrumento punitivo estatal; sino que hacerle frente de manera adecuada y multidisciplinaria atendiendo también a temas multifactoriales que motivan el accionar delictual. La prevención es en sí, una herramienta subutilizada y que sólo -de cuando en vez- se le reconoce sus cualidades instrumentales positivas.

En este punto, una obra humana por excelencia que ayuda es el deporte en sus diferentes dimensiones. En efecto, hay múltiples ejemplos de lo positivo que es para la salud mental y física la práctica deporte, desde la actividad masiva hasta la amateur colectiva o individual y la profesional, obvio en sus diversas disciplinas y abiertas a hombres y mujeres. Quienes, como el suscrito, llevan más de medio siglo en la tierra y conocieron este otrora muy precario país, pueden recordar que la cancha para el deporte rey era sólo la calle. Hoy la infraestructura es de gran nivel. Además de la práctica masiva del “running” o el ciclismo, que cuando se le enfoca adecuadamente, puede ser un gran aliado para el físico del sujeto y su salud, un aporte para el sistema vial -si no se le trastoca en sus fines- y una contribución positiva a la convivencia armónica de la comunidad. Si bien la pandemia también ha afectado la práctica masiva del deporte y con suerte hemos podido retomar el profesional, aunque fuere sin público; el desafío para el futuro es adecuarnos para convivir con el virus, aunque la vacuna nos da una luz de esperanza.

En lo académico este año tenemos un gran desafío en Derecho de la Universidad de Chile, un Taller de Memoria, que ha de invitar a los estudiantes -mujeres y varones- para auscultar en la vinculación del ámbito deportivo, el sistema penal y la justicia deportiva. Estoy seguro que los estudiantes sabrán apreciar y descubrir, diferentes tópicos que vinculan al deporte con el ámbito del derecho penal y hacer sus respectivos aportes. Por ahora, debemos relevar la gran actuación -en el ámbito del fútbol femenino- en la Copa Libertadores, de las representantes de Santiago Morning y Universidad de Chile; quienes han tenido brillantes triunfos en tierras foráneas, dejando de lado los “papelones futbolísticos de los varones” que en lo internacional han estado al debe y a propósito del balompié, cabe destacar que aunque muchos intelectuales observan despectivamente la práctica del deporte y del fútbol en particular, dable es recordar al mismo Albert Camus, quien manifestó con claridad absoluta, que muchos de los valores que conoció en su vida los aprendió del fútbol.

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