Waldo Ortega Jarpa. Abogado, Doctor en Derecho, Magister en Derecho Penal, Profesor de Derecho Penal, Procedimiento Penal y Litigación Oral.
Un artículo de opinión escrito recientemente en el New York Times, hizo saltar mis alarmas sobre el tema. Nicolas Kristoff, comenta los numerosos casos en los cuales a través de la inteligencia artificial, programas gratuitos son capaces de insertar los rostros de personas comunes y corrientes en videos pornográficos y fotografías de personas desnudas.
Comenta el caso de una estudiante de secundaria en New Jersey, que fue llamada a la oficina del director, para informarle que en redes sociales circulaban videos elaborados por estudiantes de segundo año, donde aparecían varias chicas desnudas, luego de manipular sus imágenes con un programa de inteligencia artificial. Lejos de amedrentarse, y a sus 14 años, Francesca Mani, creó un sitio web destinado a crear conciencia sobre el tema y ayudar a otras víctimas en posiciones similares.
Vean este video inserto en la página https://aiheeelp.com
Pero la suplantación de identidades no es el único problema criminal actualmente en boga.
Cuidado: alguien podría imitar tu voz
La estafa del primo perdido en la carretera, ha evolucionado.
Se llama “vishing”, y bastan tres segundos para que el software copie la voz. Cada día son más numerosos los programas gratuitos y uno de los casos más recientes ocurrió a principios de este año, cuando el empleado de una empresa en Hong Kong transfirió 22 millones de dólares, creyendo que al otro lado de la línea estaba un ejecutivo de nivel superior. Algo similar ocurrió en Emiratos Arabes, en 2020, cuestión que terminó con una investigación por lavado de dinero en Estados Unidos. Aquí el documento oficial en inglés, y a continuación traduzco el Nº3 del texto:
3. Según las autoridades emiratíes, el 15 de enero de 2020, el director de la sucursal de Victim Company recibió una llamada telefónica que decía ser de la sede de la empresa. La persona que llamó parecía el director de la empresa, por lo que el gerente de la sucursal creyó que la llamada era legítima. El gerente de la sucursal también recibió varios correos electrónicos que creía que eran del director y que estaban relacionados con la llamada telefónica. La persona que llamó informó por teléfono y por correo electrónico al gerente de la sucursal que la empresa víctima estaba a punto de adquirir otra empresa y que un abogado llamado Martin Zelner (Zelner) había sido autorizado a coordinar los procedimientos para la adquisición. El director de la sucursal recibió entonces varios correos electrónicos de Zelner sobre la adquisición, entre ellos una carta de autorización del director para Zelner. Debido a estas comunicaciones, cuando Zelner pidió al director de la sucursal que, en el marco de la adquisición, transfiriera 35 millones de dólares a varias cuentas, el director de la sucursal siguió sus instrucciones. La investigación emiratí reveló que los acusados habían utilizado tecnología de “voz profunda” para simular la voz del director. En enero de 2020, se transfirieron fondos de Victim Company a varias cuentas bancarias en otros países en un complejo esquema que involucró al menos a 17 acusados conocidos y desconocidos. Las autoridades emiratíes rastrearon el movimiento del dinero a través de numerosas cuentas e identificaron dos transacciones hacia Estados Unidos. El 22 de enero de 2020, dos de los demandados enviaron dos transferencias de USD 199.987,75 y USD 215.985,75 a los números de cuentas de Centennial Bank, xxxxx7682 y xxxxx7885, respectivamente, ubicados en Estados Unidos.
Vea que la oferta de programas es amplia y gratuita. Es como poner una mesa llena de revólveres en un lugar público:
¿Llegará el momento en el cual lo pensaremos tres veces, antes de responder una llamada de número desconocido?
Claramente, estas cuestiones están muy lejos de las pitanzas que hacíamos cuando niños desde el teléfono fijo de la casa.
Pronto las estafas cotidianas van a ser superadas por otras muy sofisticadas
Lo confieso, resultó creíble la llamada del “encargado de seguridad informática” de mi banco, quien me leyó tres nombres de personas, a las cuales supuestamente un tercero estaba transfiriendo fondos desde mi cuenta corriente. Llamé al banco por otro teléfono, era una estafa.
Pero claro, si alguien copia tu rostro o tu voz, estamos en un problema muy serio. El abanico de víctimas se multiplica de manera exponencial y las posibilidades de sufrir un fraude también. ¿Derecho penal? ¿Nuevas leyes? ¿Otros delitos? He recibido llamados de la India, de países cuyos prefijos desconozco, me ofrecen trabajar desde casa por miles de dólares al mes. ¿Qué puede hacer el Derecho penal contra eso? Nada.
Siempre digo, somos los bomberos que llegamos cuando el incendio está declarado.
¿Cómo prevenimos el incendio?