¿De qué hablamos cuando hablamos de examen directo sin errores? Por Waldo Ortega Jarpa.

Mar 20, 2023 | Opinión

Por Waldo Ortega Jarpa. Abogado, Doctor en Derecho, Magister en Derecho Penal, Profesor de Derecho Penal, Procedimiento Penal y Litigación Oral.

De una conversación informativa.

De una entrevista entretenida.

De un interrogatorio preparado y ordenado.

Podríamos decir que todas las anteriores, más unas cuantas, que permitan al tribunal recibir la información de nuestros testigos, en lo que es útil a la teoría del caso.

Por supuesto que más allá de lo clásico, las preguntas son abiertas y no pueden contener la respuesta, hay algunas cuestiones que son propias de la litigación y que no siempre advertimos en el trabajo de los intervinientes.

Un examen directo ineficaz, puede ser el resultado de los siguientes errores:

  • El litigante no conversó previamente con el testigo, en la medida necesaria para conocer aquellos aspectos de su relato que son pertinentes y los que son impertinentes a la teoría del caso.
  • El litigante no conversó previamente con el testigo, en la medida necesaria para advertir aquellos aspectos de su personalidad que pueden ser contrarios a un buen examen directo, como la timidez, el miedo o la memoria.
  • El litigante no instruyó al testigo en relación al ambiente que habrá en la sala del tribunal y los aspectos esenciales: el juez preside y ordena el debate, la contra parte objeta, el público observa, son tres jueces, debe acercarse al micrófono, entre otras cuestiones.
  • El litigante no interrogó previamente al testigo para determinar con precisión cuáles son las líneas de preguntas que debe utilizar, los temas que debe abordar y las debilidades que debe obviar o fortalecer.
  • El litigante no lleva al Tribunal, una pequeña minuta de los tópicos de interrogación, no fija las ideas útiles a la teoría del caso, desde la más a la menos importante, terminando con un punto fuerte, incluyendo al medio  algunas menores, pero igualmente relevantes.

Por supuesto que el setenta por ciento de los juicios se ganan en la preparación y el examen directo no es la excepción.

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