Contra el tópico de la corrección política frente a la necesidad de una Justicia abierta y de calidad. Por Diego Palomo.

May 30, 2023 | Opinión

Diego Palomo.  Abogado. Magíster y Doctor en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Académico Universidad de Talca.

La corrección política es un término que se ha utilizado en los últimos tiempos para referirse a un conjunto de ideas y comportamientos que se consideran socialmente aceptables y que deben ser respetados por todos.

Aunque la idea detrás de la corrección política es la de promover el respeto y la tolerancia hacia los demás, en no pocos casos ha llevado a la censura de ideas y opiniones que no se ajustan a los criterios de lo “políticamente correcto”.

En el ámbito de la justicia, el uso excesivo de la corrección política puede ser perjudicial para el sistema judicial. Por ejemplo, la corrección política puede generar un ambiente en el que no se permita la discusión abierta y honesta de temas legales y sociales relevantes, lo que puede perjudicar la calidad de las decisiones judiciales.

Por lo tanto, la justicia abierta y de calidad requiere un enfoque más pragmático y menos ideológico que la corrección política. En lugar de centrarse en la apariencia de las cosas o en la imagen que se quiere proyectar, se debe enfatizar en la necesidad de aplicar la ley de manera justa y equitativa, sin prejuicios ni sesgos de ningún tipo.

La justicia abierta y de calidad también implica que las decisiones judiciales sean (o busquen serlo con fuerte vocación) transparentes y explicables, de modo que los ciudadanos puedan comprender y confiar en el sistema judicial.

Esto no significa, desde luego, que los jueces deban rendir cuentas a los medios de comunicación o a la opinión pública, sino que deben asegurarse de que sus decisiones sean comprensibles (lenguaje claro) y estén fundamentadas en el derecho.

En definitiva, la corrección política nunca debería ser un impedimento para la justicia abierta y de calidad. Al contrario, se debe enfatizar en la necesidad de aplicar la ley de manera justa y equitativa, sin prejuicios ni sesgos de ningún tipo, y asegurarse de que las decisiones judiciales sean transparentes y explicables. Solo de esta manera se podrá aspirar a lograr una verdadera justicia para todos.

| LO MAS LEIDO