Cinco recomendaciones para el alegato de clausura. Por Waldo Ortega Jarpa.

Mar 27, 2023 | Opinión

Waldo Ortega Jarpa es Abogado, Doctor en Derecho, Magister en Derecho Penal, Profesor de Derecho Penal, Procedimiento Penal y Litigación Oral.

Un buen alegato se prepara con la información recogida en el juicio, cuando preparamos la litigación, podemos bosquejar lo que queremos decir al terminar el juicio, pero no recomiendo escribir el texto porque los juicios siempre tienen cambios que nos obligan a replantear los argumentos finales.

Los juicios orales se ganan y se pierden en el alegato de clausura, el tribunal es muy perceptivo del litigante que no está convencido con sus argumentos, además ha visto el desempeño de las partes y va calibrando los éxitos y los yerros en la incorporación de la información.

Es el momento de hacer referencias a la dogmática y la jurisprudencia, pero de forma elegante, sin agotar, sin leer, excepto frases cortas y en la medida que sean necesarias para la argumentación. No olvide que los jueces son abogados y conocen el Derecho, no sea obvio. Cite claramente sus fuentes.

Puede hacer uso de la evidencia material introducida por las partes o de infografías para situar personas o sitios del suceso, destacar presupuestos fácticos o análisis científico. No incorpore argumentos escritos en las infografías y debe saber que el ejercicio debe ser ejecutado, con la suficiente destreza, que permita el flujo claro y oportuno de datos al tribunal.

El alegato de clausura cumple entre otras funciones, la de proporcionar al tribunal información ordenada para redactar la sentencia. ¿Cómo se probaron los hechos contenidos en la acusación? ¿Cuál es la prueba que favorece su teoría del caso? ¿Por qué su cliente debe ser absuelto o el imputado debe ser condenado?

Vaya siempre al punto, no divague, nunca lea.

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