La iniciativa se enmarca en una estrategia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que inició para monitorear y dar seguimiento cercano a las afectaciones a los derechos humanos de poblaciones y grupos en situación de vulnerabilidad en el contexto de la crisis sanitaria.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) anunció la instalación de su Sala de Coordinación y Respuesta Oportuna e Integrada a la crisis en relación con la pandemia del COVID-19 (SACROI COVID-19) para fortalecer las capacidades institucionales para la protección y defensa de las libertades fundamentales y derechos humanos en este contexto, en especial del derecho a la salud y otros DESCA.
La creación de la SACROI se inserta en una estrategia ya iniciada por la Comisión para monitorear y dar seguimiento cercano a las afectaciones a los derechos humanos de poblaciones y grupos en situación de vulnerabilidad en el contexto de la crisis de la pandemia de Coronavirus 19 (COVID-19).
Desde el inicio de la propagación del patógeno en las Américas, la CIDH produjo a través de sus distintos mecanismo de monitoreo y de su Relatoría Especial sobre los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (REDESCA), lineamientos para la protección integral de los derechos humanos y de la salud ante la pandemia en la región.
Asimismo, a través de su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) en conjunto con garantes del tema de libertad de expresión de la ONU y de la OSCE, elaboró recomendaciones para el fortalecimiento de la libre circulación de información durante esta crisis.
A la vez, la Comisión adaptó sus procesos de trabajo y anunció algunas medidas excepcionales para mantener sus funciones esenciales en materia de peticiones y casos y medidas cautelares durante el período de la pandemia y minimizar el impacto sobre las personas usuarias del sistema así como de monitoreo de la situación de los derechos humanos en la región.
El Presidente de la CIDH, Comisionado Joel Hernández, señaló que “la CIDH cuenta con fortalezas institucionales para apoyar a los países de la región en la protección y defensa de los derechos humanos en el contexto de crisis de la pandemia del Coronavirus-19 y que hoy hacen posible la instalación de esta SACROI para brindar una respuesta oportuna.”
“Expresamos nuestra más alta solidaridad a las poblaciones de las Américas y nos comprometemos a reforzar nuestras acciones para seguir observando los alcances e impactos en los derechos humanos en el contexto de la pandemia del COVID-19”, aseveró.
Objetivos
En particular, la SACROI se ocupará de dar seguimiento cercano a la situación de los derechos humanos en contexto de la pandemia de COVID-19, reforzando la integralidad e intersectorialidad, y a la luz de la protección de los derechos humanos: recopilar evidencias sobre su impacto; monitorear acciones de respuestas adoptadas por los Estados de la región; identificar casos urgentes dentro del sistema de peticiones y casos y de medidas cautelares para dar atención oportuna; y proponer a la CIDH acciones en relación con los Estados Miembros con miras a una efectiva protección y defensa de los derechos humanos en el contexto del COVID-19.
También tendrá como objetivo identificar oportunidades para brindar asistencia técnica para el desarrollo de políticas y acciones por parte de los Estados con enfoque en derechos humanos; hacer seguimiento a sus recomendaciones; realizar actividades de difusión y de fortalecimiento de capacidades; profundizar el diálogo y articulación con las organizaciones internacionales especializadas y las organizaciones de la sociedad civil; entre otras acciones.
La SACROI COVID-19 funcionará con un equipo de respuesta a crisis que será coordinado por el Secretario Ejecutivo y lo integrarán los titulares de las Relatorías Especiales; y otro personal asignado por el Secretario Ejecutivo, según las necesidades, que apoyará la preparación de una metodología, recolección y sistematización de información, y la articulación y formulación de propuestas para la toma de decisiones de la CIDH.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.