En Estrado.
“Sin duda, es un aniversario con sabor amargo. Continuaremos insistiendo con toda la fuerza en nuestras demandas. Estamos convencidos que son legítimas y justas; lo haremos como hasta ahora, directamente ante la autoridad, pero, además, utilizaremos todos los cauces judiciales a nivel nacional e internacional que sean necesarios, ya que al defender nuestros derechos como trabajadoras y trabajadores”.
Esa es parte de la declaración que dio a conocer hoy la Asociación Nacional de Fiscales en el marco del aniversario del Ministerio Público, creado en 1999. En el texto realizan un crítico balance sobre la situación interna de la institución.
“Se ha cumplido un año más de vida de nuestra institución, se conmemoran 21 años desde que el Ministerio Público naciera a la vida institucional. Es motivo de celebración porque todos los fiscales somos parte de los pilares de esta institución esencial para la administración de justicia. Sin embargo, atendidas las condiciones laborales actuales no hay motivos para celebrar con júbilo, sino que es tiempo reflexionar acerca del delicado momento por el cual atraviesa la Fiscalía de Chile en relación con sus trabajadores”, indican.
Agregan que “como Asociación hemos dirigido una serie de peticiones al Fiscal Nacional que tienen como objetivo central mejorar nuestras condiciones laborales para cumplir de mejor forma con la persecución de los delitos y el ejercicio de la acción penal a nombre de la sociedad. Las exigencias que hemos planteado se extienden a una serie de problemáticas: avanzar decididamente en implementar una secretaría técnica en temas de género y paridad; moderar las cargas de trabajo que se le asigna a cada uno de los fiscales del país; garantizar un efectivo derecho al descanso para hacer frente a las extensas y agobiantes jornadas de turnos; disponer de las debidas compensaciones por el trabajo realizado fuera del horario legal; y proveer a cada fiscal de un equipo de trabajo administrativo y jurídico suficiente para afrontar las numerosas y complejas tareas que el cargo de fiscal impone. Pero, desafortunadamente, nuestra voz no ha querido ser escuchada por la máxima autoridad de la institución, lo que junto con afectar gravemente los derechos fundamentales de los fiscales resiente inevitablemente la calidad del trabajo que realizamos”.
Amenazas
Sobre las amenazas sufridas por los persecutores explican que “al panorama descrito se suma el hecho que en las últimas semanas como fiscales hemos debido afrontar graves amenazas que vulneran nuestra seguridad como funcionarios públicos y como personas, sumando a ello, que nuestro compromiso con la verdad y la justicia ha sido injustamente atacado y criticado por distintas autoridades del mundo político, quienes no logran entender que en un Estado de Derecho los fiscales dirigen la investigación de los delitos de manera objetiva y autónoma, lo que constituye una garantía esencial para todos los ciudadanos y todas las ciudadanas, imputando las responsabilidades penales que corresponda sin diferencias por razones de género, raza, creencias ni condición social, y mucho menos distinguiendo entre el poderoso y quien se encuentre en una situación vulnerable. Ahora bien, pese a que las presiones indebidas que se dirigen contra los fiscales generan una recarga adicional a la que ya debemos soportar por nuestro trabajo, bajo ninguna circunstancia lograrán desviar nuestra actuación de los deberes institucionales que día a día nos empeñamos en cumplir”.
Un aniversario con deudas históricas