Soledad Piñeiro, presidenta de la Asociación de Magistradas y Magistrados: “No queremos más validación de la agresión contra la mujer en ninguna parte y menos dentro del Poder Judicial que es la institución que debe protegerlas”

Oct 23, 2020 | Entrevistas

Andrés López Vergara, En Estrado.

El reciente fallo del Pleno de la Corte Suprema que desestimó denuncias de acoso sexual y revirtió la expulsión de un funcionario administrativo sigue en el debate. En Estrado conversó con la ministra de la Corte de Apelaciones de Valdivia y presidenta de la Asociación Nacional de Magistradas y Magistrados, Soledad Piñeiro, para conocer su postura respecto a esta resolución y la situación de las mujeres al interior del Poder Judicial.

-¿Cuál es su postura respecto al fallo que descartó acoso sexual contra funcionarias judiciales emitido por la Corte Suprema?

-Tenemos un compromiso con la dignidad de las personas y rechazamos toda conducta que por acción u omisión atenta contra ellas. Este es claramente uno de los casos de violación a esa dignidad específicamente en materia de género, y más grave aún es que esta decisión le reste valor a los hechos al exigir un estándar que incluso la judicatura laboral no exige, por ende también hace tambalear las justas expectativas de protección de todas las mujeres trabajadoras.

-¿Concuerda con las críticas realizadas por la asociación de magistradas (Machi) en contra de la decisión?

-Sin duda, y en el mismo sentido hemos emitido una declaración en conjunto con los otros tres gremios del Poder Judicial; es decir, ha recibido un rechazo unánimemente desde las y los trabajadores de la institución. Se trata de una abierta contradicción con el serio y comprometido trabajo de la secretaría técnica de género creada por la propia Corte Suprema, en la que además hemos trabajo los gremios de forma colaborativa y transparente. Esta decisión crea un ambiente de confusión y desprotección, particularmente a las mujeres del Poder Judicial. Una abierta, severa e incomprensible contradicción. Se trata de un caso típico de acoso, donde hay varias víctimas, todas jerárquicamente inferiores; es prácticamente un caso de manual. Y los efectos esperados también son los típicos, menos confianza en el sistema, menos denuncias, víctimas más humilladas y un agresor más validado en sus conductas transgresoras.

-¿Qué espera que ocurra con esta señal enviada desde el Pleno?¿podría inhibir a las víctimas de acoso presentar denuncias al respecto?

-La señal ha sido clara, y del mismo modo rechazada. No queremos más validación de la agresión contra la mujer en ninguna parte y menos dentro del Poder Judicial que es la institución que debe protegerlas. La naturalización de este tipo de conducta no es opción. Lo que vemos es una Corte Suprema que debe desprenderse de los estereotipos de género. No bastan los discursos ni la aprobación de políticas si no hay una actuación coherente. Pero no sólo eso. También vemos que la estructura, que promueve y refuerza las relaciones jerárquicas, es un problema que debe ser resuelto porque está generando efectos indeseados. Sólo piense en el maridaje de una cultura de acoso sexual con aspectos como los nombramientos, lo disciplinario, las calificaciones o hasta lo jurisdiccional.

-¿Qué acciones harán al respecto como asociación?

-La decisión sólo puede ser revertida frente a una reconsideración que alguna de las víctimas pueda atreverse a presentar. Nos parece oportuno extender educación acreditada y aprobada en perspectiva de género, especialmente a ministros y ministras de la Corte Suprema, algo que hemos pedido en varias materias para todos los miembros del Poder Judicial. Otro Poder Judicial es posible.

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